No es que algo esté mal contigo. Es que tu cerebro no fue diseñado para vivir en un mundo como este.
Vivimos en una era de hiperconexión, velocidad e inmediatez. Todo lo queremos para ayer. Pero tu cuerpo y tu mente funcionan con un software biológico que tiene miles de años. Uno que está adaptado a la naturaleza, al silencio, al descanso, al ritmo de la luz solar y al contacto humano real.
Y cuando esa biología entra en conflicto constante con el ritmo moderno, lo que aparece son síntomas: ansiedad, insomnio, inflamación, problemas digestivos, cansancio extremo y hasta desconexión emocional.
La neurociencia lo explica claro: vivimos con el sistema nervioso en modo simpático (lucha o huida) casi todo el día, y casi nunca activamos el modo parasimpático (el que permite descansar, reparar, digerir, crear).
¿Resultado? Nos acostumbramos a vivir “funcionando” pero no sintiendo. Avanzamos, pero drenadas. Hacemos mucho, pero sin presencia.
La buena noticia es que puedes empezar a reequilibrar tu sistema nervioso con acciones pequeñas, sencillas y sostenibles. No necesitas irte a una montaña o apagar el mundo. Solo necesitas hacer pausas conscientes.
Aquí te dejo una recomendación muy concreta para hoy:
Prueba la Técnica 3-6-9 de Respiración.
Es una herramienta simple para calmar el sistema nervioso, disponible en cualquier momento.
- Inhala por 3 segundos.
- Sostén el aire por 6 segundos.
- Exhala lentamente por 9 segundos.
Repite esto 5 veces seguidas, idealmente con los ojos cerrados. Hazlo antes de comer, al despertar, antes de dormir o cuando te sientas sobreestimulada. Esta técnica ayuda a activar el sistema parasimpático y a recuperar la sensación de estar presente.
No podemos cambiar el mundo, pero sí podemos enseñarle a nuestro cuerpo a vivir mejor en él. Así que te invito a quedarte pendiente del próximo blog, donde seguiré compartiendo herramientas para ayudarte a sentirte más en paz, más centrada y con más vida.
Con cariño, María Cervantes